Yo apunté al corazón del público y, por accidente, les di en el estómago.Upton Sinclair
Upton Sinclair Getty Images |
El caso de La jungla es el de un
gran malentendido literario que dio lugar nada menos que a la Administración
Estadounidense de Medicamentos y Alimentos (FDA). En 1904, el prolífico
escritor socialista Upton Sinclair se infiltró durante seis semanas en la
industria cárnica de Chicago para poder escribir posteriormente sobre las
condiciones de los trabajadores en el periódico socialista Appeal to Reason.
Más tarde, Sinclair decidió que,
en su lugar, escribiría una novela de corte naturalista con una trama
determinista sobre un inmigrante lituano llamado Jurgis Rudkus y su descenso a
los infiernos al introducirse en la industria cárnica en busca del sueño
americano cual vaca de camino al matadero.
La novela se publicó por entregas
en Appeal to Reason durante 1905, pero no fue hasta un año después, en febrero
de 1906, cuando por fin la novela completa se editó (parcialmente autoeditada
por Sinclair, que estuvo a punto de perder la esperanza de que alguna editorial
quisiera publicar su controvertida obra) y llegó al gran público,
convirtiéndose instantáneamente en un superventas y, con el tiempo, en un
clásico de la literatura estadounidense.
Lo llamativo del caso fue que, además
de describir con minuciosidad las deleznables condiciones laborales en las que
trabajaban los obreros industriales, Sinclair no escatimó en detalles sobre las
prácticas insalubres que afectaban al producto en cuestión; en este caso, la
carne. Se convertían en salchichas para consumición del público animales que
habían muerto por enfermedad o que habían vivido hacinados e infestados por las
ratas. Sin ningún tipo de control, cualquier cosa llegaba a la mesa del
estadounidense medio.
Esa y no otra cosa fue lo que
escandalizó al público (poco o nada se habló de las condiciones laborales de
los obreros emigrados de Europa o del sur de Estados Unidos), de ahí el
comentario de Sinclair, que se sentía algo decepcionado con que la novela que
le había proporcionado fama y fortuna no hubiera generado el efecto que él
deseaba.
La presión de los lectores de la
novela empujó al Congreso de Estados Unidos a aprobar una serie de leyes sobre
la inspección y la pureza de la carne y de los fármacos. Esta última establecía
la Oficina de Química (Bureau of Chemistry) que más tarde acabó convirtiéndose
en la FDA actual.
A continuación, podéis leer un
vídeo muy sencillito que comenta la novela y sus repercusiones:
Una de las últimas ediciones de La jungla en español (2012) pertenece a Capitán Swing y ha sido traducida por Antonio Samons.
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