miércoles, 20 de diciembre de 2017

Una agenda para la resistencia (introducción)



Agenda 2018 La resistencia de Errata Naturae


Los traductores, a veces, conseguimos sacar adelante encargos que hemos elegido personalmente. Sin embargo, lo más corriente es que nos encarguen traducciones que acometemos con mayor o menor implicación. Todas las traducciones editoriales que han caído en mis manos me han cambiado un poquito: nunca soy la misma al poner punto y final, ¡incluso hasta las más aburridas o desesperantes son instructivas! Pero, además, algunas veces, se produce la magia: nos toca traducir maravillas que nos enriquecen, nos hacen pensar, amplían las fronteras de nuestro limitado mundo y nos enfrentan a la ignorancia en la que vivimos sumidos. Ese fue el caso para mí con la Agenda Radical Verso de 2017 de Verso Books que las editoras de Errata Naturae pusieron en mis manos por estas fechas el año pasado (tanto éxito tuvo la original, que Verso ha decidido reeditarla este año con 2018). ¡Qué proyecto tan interesante! ¡Qué maravilla de efemérides! Esta agenda bucea en uno de los comportamientos humanos más fascinantes: el espíritu revolucionario. Basada en los acontecimientos históricos recogidos en el libro The Verso Book of Dissent (From Spartacus to the Shoe-Thrower of Baghdad), publicado también por la editorial Verso Books (y traducido al español con el título de El libro de la disidencia: de Espartaco al lanzador de zapatos de Bagdad, traducido por Herminia Bevia Villalba), la agenda escoge algunos de esos acontecimientos para engarzar, uno tras otro, movimientos revolucionarios de todo tipo: luchas por la independencia; la libertad territorial, religiosa o sexual; los derechos de los trabajadores; o el feminismo.


Traducir la agenda fue un ejercicio de interrupción constante, porque justo cuando estaba empezando a emocionarme con algún tema o me había enamorado de algún personaje apasionante, me veía obligada a pasar al siguiente. Al mismo tiempo, también hizo las veces de gigantesco calendario de adviento que me permitió asomarme a través de infinidad de ventanitas históricas con implicaciones emocionantísimas y referencias inevitables al turbulento presente. 


Por último, pronto me di cuenta de que la agenda no se limitaba al papel escrito: esta colección de momentos va mucho más allá de algunas fotos, varias citas y muchas fechas. Es un objeto que se puede disfrutar con todos los sentidos, porque te transporta a las más recónditas esquinas del planeta: desde lo más colorido de África, el Caribe o América Latina hasta los grises y sepias de la Inglaterra postindustrial y la América en lucha por los derechos civiles o la paleta de blancos de la Rusia revolucionaria. Imágenes imborrables de cuadros históricos o de retratos reconocibles... Personajes de palpitante carne y hueso... ¡Algunas efemérides incluso las hemos presenciado o lo han hecho nuestros antepasados más cercanos! Pero, más que otra cosa, esta es una agenda que se oye. La historia de la resistencia está llena de discursos, soflamas, gritos desgarradores y consignas indelebles, pero también de música. Canciones protesta, cantos regionales, cantautores homenajeando a figuras históricas, cantantes hablando de sus hitos generacionales o espectáculos musicales que se levantan (nunca mejor dicho) sobre la literatura de movimientos revolucionarios…


A medida que iba traduciendo, iba buscando… ¿Habría alguien que hubiera cantado sobre aquello? Y el resultado es impresionante: lo que he ido encontrando, lo he recogido en una lista de Spotify que me permitió reunir a los compañeros más improbables y de la que hablaré dentro de poco.


Todo lo que escribiré a partir de ahora es una especie de cuenta personal que necesito saldar y que surgió a raíz de la traducción de la agenda. Tendrá que ver, por ejemplo, con los vinilos que escuchaba mi madre con portadas multicolores de dibujos psicodélicos y con recuerdos y experiencias propios, aunque eso sea lo que, desgraciadamente, lo limite. Al acabar la traducción de la agenda, al luego revisar las correcciones, al escuchar la lista de canciones y al tenerla finalmente en mis manos, he experimentado todas las veces la misma sensación: que no he acabado todavía con ella, que el cuerpo me pide ordenar la información recopilada, pero también las sensaciones que me evoca, y quiero escribir sobre todo ello. Y eso es lo que pretendo hacer, claro. Todos los días, cuando toque, iré recopilando la información de la que dispongo sobre las pequeñas efemérides que aparecen en ella. A veces, no tengo más que un enlace; con otras, me he pasado obsesionada durante días... Algunas cosas que cuento son muy obvias, casi información enciclopédica, otras son pequeños tesoros líricos, recomendaciones literarias, curiosidades improbables… ¿No os dan ganas de saber más?


Nota: Por supuesto, si se os ocurre cualquier cosa que falte (¡las recomendaciones literarias me interesan especialmente!), que penséis «¿¿¿Cómo ha podido olvidársele???», lo incluiré gustosa. ¡Me encantará saber de ello! Mis limitaciones son mi propia ignorancia o desinterés, ¡lo bueno es que siempre cabe la posibilidad de subsanar ambas cosas!

2 comentarios:

  1. Sigo cada día con interés tus pinceladas sobre la agenda en Twitter. Tengo ya tres agendas para 2018, pero estoy empezando a creer que necesito una más.

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    1. ¡Cómo me alegra, tocaya! :-) Al final, ¡voy a acabar tentándote para que te hagas con ella! Es cierto que seguir la información de las entradas con ella en mano tiene su aliciente... ;-)

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