jueves, 17 de enero de 2008

¿Dónde me he metido?

Supongo que algunos que pasáis por aquí de vez en cuando os lo preguntaréis... ¡¡Llevo casi un mes desaparecida!! (Bueno, no del todo, sigo leyendo vuestros blogs, los que lo tenéis, y he hablado con muchos de vosotros, que no lo tenéis...). Sería fácil decir simplemente que he desaparecido a causa de las Navidades, pero en realidad, hay más motivos que ese (realmente, se supone que gracias a las Navidades, podría haber tenido más tiempo para escribir, pero no ha sido así: jugar con los playmóbil gasta mucho tiempo)... Con este post, trataré de explicaros qué he hecho durante este mes:

1) He estado enferma, con gripón. Vale, puede que esto no os suene demasiado original (es que no lo es), porque todo el mundo que conozco ha estado malo en determinado momento: unos con dolor de barriga, otros con tos perruna, otros con fiebrón, etc… Este año ha habido para todos los gustos. La mía tuvo su punto álgido aproximadamente los días 29-30 de diciembre, que pensé que iba a engrosar la lista de los pobres que tienen que acudir a urgencias durante las Navidades (no sé si puede haber algo peor…)... Al final, logré zafarme a base de couldina y jarabe expectorante, pero voy a tratar de tener cuidado el resto del invierno, porque estoy harta de gripes (llevo casi todo el invierno enferma, con breves períodos de no-enfermedad y estoy ya hasta las narices).

2) He estado traduciendo, principalmente la novela, que ya os he mencionado en alguna ocasión... Por supuesto, cuando termine la traducción, os contaré más cosas sobre ella, pero bueno, ya me queda poco (apenas cuatro capítulos), así que os puedo dejar caer el título, ¿no? Se titula White Gardenia. La verdad es que está resultando una experiencia la mar de interesante... Ya os contaré cuando las cosas vayan avanzando.

3) He estado convirtiéndome en Drácula… Todos los que me conocéis, sabéis que mi horario siempre ha sido bastante malo…Como me dijo César cuando vino a verme a Estrasburgo (y yo me andaba quejando de esto mismo) “Julia, es que tú eres un poco nocturna”… En fin… Últimamente, ya no es que sea “un poco”, es que no me falta mucho para dormir durante todo el día y vivir despierta casi toda la noche… Sé que es horrible, si mi madre lee esto, seguro que pensará que soy un desastre y que voy a tener enfermedades mu malas por esto, pero... Hoy por hoy, la verdad es que no sé muy bien como arreglarlo... Sé que es genial poder decir que uno ha "aprovechado la mañana" (hace siglos que yo no puedo decir tal cosa de la mañana… De la tarde, puede, de la noche, también, pero de la mañana...), pero hay algunas horas de la noche (digamos, entre la una y las tres) que también son estupendas. Bueno, por suerte todavía no he empezado a parecerme a Gary Oldman, o sea, que supongo que todavía hay vuelta atrás…

4) He estado jugando al Broken Sword. ¡Sí! En fin, creo que esto ya lo he contado en otras ocasiones, pero durante los últimos años, he sentido un impulso curioso por jugar a aventuras gráficas sólo en una determinada época del año: en verano. Lo he estado pensando, y creo que se debía a que cuando mi hermano y yo estábamos en el colegio, el verano era la época de veda en la que nuestro 286 (qué viejuno suena ahora, ¿eh?) echaba humo, porque jugábamos sin parar… Supongo que los críos de ahora fliparían si vieran lo “cutres” (al menos visualmente) que eran aquellos juegos a los que jugábamos: el príncipe de Persia (jugábamos por turnos: yo me dedicaba a correr, saltar, etc. y Gon mataba moros… A mí es que las luchas aquellas de espada me aburrían mogollón), el Life & Death II (en el que operábamos de hematoma subdural a todo lo que se meneaba…), etc. Luego llegaron las aventuras gráficas (el Monkey Island, el Broken Sword…), que fueron lo que verdaderamente me apasionó… Desde que jugué al Monkey y, por supuesto, mucho después, al Broken Sword, supe que no habría ningún otro tipo de juego que llegaría a gustarme tanto… Pues eso, como os decía, después de dejar el cole, han sido pocos los veranos que no me ha entrado el gusanillo y me he puesto con alguna nueva aventura... Sin embargo, el verano de Arizona creo que cambió la tendencia: jugamos tanto estando en Arizona (el Piripitoto echaba humo…) que este último verano, el del 2007, no me ha apetecido, y parece que la tendencia se ha invertido, porque ahora, en pleno enero, estoy con las pilas cargadas y con muuuuuchas ganas de hacerme con montones de aventuras (me he comprado un montón estas Navidades y me han regalado también) y jugarlas…

Pero claro, la culpa de que me haya entrado el gusanillo en una época tan rara, y antes de entregar la traducción de la novela, ha sido de Pablo y del Broken Sword. Ya os conté un poco sobre mi aventura gráfica favorita en el blog sobre Arizona, pero tengo en mente preparar un día de estos un post más detallado hablando sobre esta magnífica saga de aventuras, de la que, según oímos el año pasado, probablemente haya peli dentro de poco. La noche de fin de año, estuvimos acabando el Broken Sword 3: el sueño del dragón (bueno, yo ya la había acabado, pero Pablo no, así que en eso estuvimos) y se le ocurrió instalarme la cuarta entrega de la saga: Broken Sword 4: el ángel de la muerte... Por supuesto, esa ha sido mi perdición.

No os puedo contar nada del argumento del juego porque Pablo no lo ha jugado y no me gusta destripárselo (hay que mantener la emoción, aunque sea un poco), pero me ha encantado, me ha emocionado y me ha dado muchísima pena terminarlo…

Sí, sí, porque ya lo he terminado, pero esa ha sido en gran parte la razón de que no haya puesto más posts y de que mi horario se haya ido definitivamente al carajo (cuando me ponía a jugar por las noches, se me iban las horas sin que me diera cuenta… Aún así, he logrado que me durara casi diez días...).

En fin, pues en esas he estado… Supongo que aún estaré un poco missing durante el tiempo que me lleve terminar la novela, pero después, querría pegarle un empujoncete a la historia arizónica (Pablo siempre me dice “¡¡¡¡Pero acábalo ya!!!!”… Y creo que, a dos años de Arizona, empieza a tener un poquitín de razón…).