martes, 28 de julio de 2009

La Alhambra de Washington Irving

En 1829, el político, historiador y escritor neoyorquino Washington Irving se enamoró de la Alhambra. Aún no he leído sus Cuentos de la Alhambra, concebidos mientras se alojaba dentro de los muros de la propia fortaleza, pero allí mismo compré una edición preciosa que me pienso leer en cuanto mis obligaciones me lo permitan...

Y es que una no puede sino comprender a Irving: la Alhambra es el lugar donde uno querría quedarse para olvidarse del mundo, para escribir páginas y páginas... Yo incluso ya me estaba imaginando allí, montando un despachito en uno de los aposentos de los Palacios Nazaríes... Poco necesitaría: una mesa, una estantería para mis diccionarios y una buena conexión ADSL... El rumor del agua de las innumerables fuentes y la sombra para protegerme de las altas temperaturas andaluzas harían el resto... Claro, que también tendría que deshacerme de las hordas de turistas (entre los que nos encontrábamos nosotros hace un par de semanas :-)) que se cuelan en todas las fotos que uno haga, independedientemente de lo rápido que sea dándole al disparador...


Me ha gustado esta experiencia granaína, sobre todo porque la anterior que tenía no era demasiado halagüeña: mi madre siempre recuerda que, con diez meses y en mitad del puente de la Inmaculada Concepción (en pleno diciembre), me hice caca hasta las orejas y me tuvieron que cambiar el pañal allí, junto a la fuente de los leones (que entonces sí que tenía leones, no como ahora, que los señoritos se han vuelto muy sensibles a la lluvia y se deshacen como si fueran de papel de fumar... Y lo gracioso es que los turistas van por toda la Alhambra buscando la fuente de los leones como el que busca a Wally, eso sí, como la peña no acostumbra a leer, no se enteran de que los leones are nowhere to be seen, por lo menos, hasta 2010)... Lo crueles que son los progenitores de una: antes y después de cambiarme el pañal, me hicieron un montón de fotos y claro, salgo yo con el ceño fruncidísimo, odiando al mundo por el frío que hacía y yo allí, con mis vergüenzas al aire donde antaño las mujeres se tapaban con varios velos...

Pos lo dicho, después de relatar la experiencia impúdica de rigor, me reafirmo en que no me costaría nada sentirme identificada con Irving. Y tal y como él mismo decía: "Mis garabateos no son dignos de este lugar", así que mejor os dejo con 36 fotos escogidas de mi par de días en Granada.



¡Espero que os gusten!

[Fotos: 1) Placa conmemorativa dentro de los aposentos de Irving en los Palacios Nazaríes, 2) La Iglesia parroquial de San José de Calasanz, en el Paseo de Salón, 3) El pase del resto de fotografías escogidas de Granada y la Alhambra.]

martes, 21 de julio de 2009

Ventana basilea

Lo sé, lo sé: os habéis quedado con las ganas de que os contara más cotilleos basileos. Pues mira: ni ha habido ni hay ganas... Cualquier excusa es mala, pero la mejor que se me ocurre es: "Hay que ver lo que cansa el trabajo asalariao, copón"... Siempre me voy con buenos propósitos de hacer que el tiempo se reproduzca por gemación y nunca lo consigo.

En fin. Como digo, os podría haber contado muchas cosas: historias de gigantes vigilantes, de bicicletas viajeras, de casas primas-hermanas de postigos morados, de intrépidos ciclistas, de artistas desatados y estrambóticos, de trenes, de perros, de romanos, del Doctor Spock y de bollos mañaneros... Y si me pongo fantástica, pues hasta de príncipes, princesas, dragones y economistas. Si por contar, que no quede. Pero mira, como que no hay ganas. El calor y la traducción me aplatanan... Lo más que he conseguido, ha sido poner en orden mis fotos, que para los amantes/expertos de la fotografía ni siquiera serán originales, pero oye, son mías, y a mí me gustan, hala. Además, sólo he puesto las más majas... Hay muchas más que se han quedado por el camino.



Pos lo dicho: espero que las disfrutéis.

lunes, 20 de julio de 2009

No preguntéis...

... ¡esto es cosa del Copépodo!


Jopé, es que hoy tenía un día un poco tonto... Tiene narices que me pase meses sin contaros nada de Basel, sin poneros ná por estos lares y lo que cuelgo sea esto... Qué vergüenza... :-P (y ni siquiera tengo habilidades fotochoperas... Lástima)