jueves, 12 de noviembre de 2009

Obsesiones crepusculares


"Was there a purpose behind your curiosity?"
"Well, I did wonder... about you [Edward Cullen] and me [Bella Swan]... someday..."
[...]
"I don't think that... that... would be possible for us."
[...]
He [El mismo Edward Cullen] seemed to deliberate for a moment. "I'm curious now, though," he said, his voice light again. "Have you ever...?" He trailed off suggestively.
"Of course not." I flushed. "I told you I've never felt like this about anyone before, not even close."
"I know. It's just that I know other people's thoughts. I know love and lust don't always keep the same company."

[Nota: Sustitúyanse los puntos suspensivos por la palabra SEX en luminoso y con colorines :-)]


Pues resulta que Carabanchel, barrio poblado principalmente por vejetes e inmigrantes, lleva una semana okupado por otro colectivo... De repente, las inmediaciones del taurino Palacio de Vistalegre se han llenado de "adolescentes sin techo", que han dormido sobre cartones y se han alimentado de panchitos y sándwiches reveníos, algunas de ellas durante toda una semana, porque sus hormonas las vuelven locas sólo por un puñao de puntos suspensivos.

En fin. Todos hemos sido adolescentes alguna vez, pero resulta ciertamente curioso ver de cerca el fenómeno fan, y además en este caso, aplicado a una amalgama literario-cinematográfica tal como es la famosísima y conocidísima saga de Crepúsculo, escrita por Stephenie Meyer.

Y es que los protagonistas de la adaptación cinematográfica, con motivo del estreno de la segunda entrega (Luna nueva), acudirán esta tarde a las siete al tan poco glamouroso Palacio de Vistalegre a encontrarse con las mil y pico fans que han hecho cola impacientemente esta mañana pa conseguir su entradilla ("¡¡¡las 250 primeras son VIP!!!", repiten ilusionadas. ¡Yo creo que se piensan que les van a dar derecho de pernada sobre el vampiro! :-)).

Básicamente, para los que no sepan de qué va el tema: Bella Swan (interpretada por Kristen Stewart, que a eulez le mola mazo...) es una adolescente que se muda desde Phoenix, Arizona (según ella el lugar más maravilloso del mundo -¡JA! ¡JA! ¡Deja que me descojone, niña!-) con su padre a Forks, un pueblo infernal de Washington donde llueve tol rato. Allí, se encuentra con un vampirete, Edward Cullen (que por cierto es Robert Pattinson, que para mí siempre será el monín Cedric Diggory de Harry Potter, por mucho que lo pongan de vampiro concupiscente), que le pone a mil las hormonas a la libidinosa muchacha. El otro infeliz, por su parte, lo que quiere es merendársela (en el sentido literal, no en el de los puntos suspensivos), pero como es muy caballeroso él (y muy casto y puro, también), pues decide que sólo la va a olfatear y magrear, pero nunca hincarle el diente, porque si no, se le acabará la diversión...

Yo tengo que reconocer que estas cosas me serían extrañas si no fuera porque mi hermana Ana, que ahora mismo tiene dieciséis años recién cumpliditos, está al día de estos temas. Fue ella la que me llevó a ver la película (no es una cosa que suela hacer: me gusta ir al cine habiendo leído la novela antes...) y no pude parar de reír desde que apareció el vampiro y la otra ponía cara de: "Como te pille en una esquina oscura, te vas a enterar tú de lo que es succionar"...


Por si no os habíais dado cuenta, niñas adolescentes: SÍ NENAS, ¡¡¡¡ESA BELLA ESTÁ MÁS SALIDA QUE EL PICO DE UNA MESA!!!!

Y sí, precisamente ese es el arma de doble filo de esta curiosa saga: la novela (que ya he tenido oportunidad de leer, Ana me ha pertrechado convenientemente de las ¡¡¡¡4!!!! que de momento componen la saga) es una oda contínua a los instintos lujuriosos, ¡pero no del vampiro! sino de la niña de diecisiete años. Cualquiera diría: "¡Anda! ¡Pues mira! ¡Ya era hora de que se diera una perspectiva más igualitaria de los instintos carnales! ¡No sólo van a ser ellos los que quieran PUNTOS SUSPENSIVOS siempre!".


El problema de que una obra para las masas adolescentes la escriba una integrante de la mormona iglesia del Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (y residente en Phoenix -¡JA! ¡JA!-, para más inri) es que indefectiblemente va a rebosar moralina repugnante por todos los poros. Claro, y de la forma más sutil: o sea, está bien, es natural y normal que si te cruzas con un vampiro chupasangre lo quieras violar y hacerle cosas muy, muy guarras, pero mejor espérate a estar casada con él, si eso...

Encima, la cosa va más allá: la filosofía de esta gente ( y sí, padres, también del Disney Channel con sus Hannahs Montanas, Jonas Brothers y demás...) es: "¿Que quieres magrearte con tu novio? Hazlo. Pero eso sí, como a tu novio se le ocurra penetrarte el punto suspensivo, saco la escopeta y a él lo capo y a ti te meto a monja". Todo esto me recuerda a un capítulo de Family Guy en el que a Meg y a su noviete (del club de la castidad) les da por "follar por la oreja", todo para no hacerlo por donde legítima y fisiológicamente deberían... Me resulta muy ridículo, creo que se les debería dar a los adolescentes una educación sexual un poco más sana y realista (luego hay que ver cosas como Física o Química, de producción española, que tienden hacia todo lo contrario: recrean un mundo sexual adolescente que más bien parece una película de Nacho Vidal... Vamos, tampoco se lo creen ni ellos).

Y oye, a mí tampoco me parece mal lo de que existan cosas como Crepúsculo: por lo menos, da para que mucha gente que en su vida tocaría un libro, se pongan a leer como descosidas, lo cual está bien... Y a pesar de todo, una piensa: "¡Quién tuviera quince años para quedarse obnubilada con el vampiro Edward!". Verlas desde fuera también resulta gracioso: cuando muchas de estas se acuerden de que se pasaron una semana a la intemperie de noviembre pa conseguir una entrada para ver a un tío que hace de vampiro a 500 metros, se reirán de sí mismas...

Por cierto, Ana, no te he podido conseguir una entrada. No estaba dispuesta a pegarme con la jauría de locas.

Ah, y las que queráis ver sexo vampírico del bueno y no unos cuantos puntos suspensivos, os recomiendo que os paséis directamente a True Blood (el vampiro Bill está mil veces más bueno, sí señor).

Créditos: El fragmento del libro es de la edición en inglés de Twilight págs. 270/271.

Fotos:
1) Cartel promocional de Luna nueva... ¡¡Ay!! ¡Que la niña salida se busca un indio buenorro! ¿Calmará este el fuego interior que el vampiro se niega a apagar? Me temo que no...;
2) Castizo Palacio de Vistalegre, donde tendrá lugar el evento esta tarde a las 19h;
3) Ayer por la noche, unas adolescentes homeless tuvieron a bien explicarme -casi entre lágrimas- que ellas llevaban durmiendo allí desde el sábado y que "¡se les querían colar!" Yo lo que me pregunto es: ¿Y sus padres las dejan fumarse casi una semana de clase por venir a la mandangada esta?;
4) Los del Hipercor, que están preparados pa tó, pensaron: "¿Cómo podemos hacer negocio?" Y han sacado un stand en el que venden: libros y películas de la saga y panchitos y sándwiches o viceversa... Lo curioso es que son las viejas las que están comprándose el libro como locas :-)));
5) Otra vez, la fachada sur del Palacio de Vistalegre, ¡lo del toro me parece de lo más auténtico!;
6)El otro toro de Vistalegre, observando muy digno él desde su atalaya a las hordas de adolescentes enloquecidas;
7) Cola de gente esperando por su entrada. Cuando lo he visto, he decidido inmediatamente que Ana se quedaba sin ella.