Antes de seguir contándoos mis desgracias y enfermedades, me gustaría poneros una nota de color (rojo y amarillo) y hablar, sin que sirva de precedente, de fútbol...

Y es que el fútbol, junto con el trabajo y la rodilla, ha sido una de las constantes de mi estancia en Basilea... Mi intención inicial era hablaros de cositas históricas de Basilea, r
ollos turísticos y tonterías sobre las manías culturales de los suizos, pero va a ser difícil que os hable de todo eso, porque hice más turismo el año pasado, cuando fui a visitar a Alba un fin de semana, que éste, que me he pasado todo el mes en Basilea.
Y es que los suizos se han tomado realmente en serio lo del año futbolero: Todas las tiendas de comestibles tenían cosas con forma de balones de fútbol: bombones, tabletas de chocolate, bollitos de pan, etc... Todos los escaparates tenían banderolas, camisetas y guirnaldas, y en casi todas las fachadas de los edificios, no faltaban las banderas que colgaban los vecinos en sus balcones... Y algo que llamaba especialmente la atención es que la ciudad se ha transformado para convertirse en unos enormes alrededores de campo de fútbol: todo lleno de lavabos portátiles, tenderetes y fan zones con gigantescos escenarios que se erguían en los lugares más insospechados (
el peor, el que ocupaba por completo la plaza de la catedral de Basel, que la afeaba y empequeñecía...).
Esto ha hecho que nuestra agenda se haya visto influida totalmente por los partidos programados ¡cómo no podía ser de otra manera! Reconozco que yo no soy especialmente futbolera, pero esto de la Eurocopa es como las olimpiadas... ¡Uno se traga por la tele hasta las emisiones de deportes más insospechados! (quizás lo que más se resiste es la hípica, pero todo lo demás, cae). Además, se ve a la gente de buen rollo, emocionada, confraternizando con los contrarios, pasándoselo bien y cantando canciones en idiomas que no conocen pero que suenan la mar de bien como cánticos balompédicos... En fin, que en general, ha sido divertido.

Y claro, nos reunimos con Carlos para ver el histórico y agobiante partido del domingo pasado (de hecho, íbamos a ser muchos más, pero la sección italiana fue la primera en rajarse)... Pasamos mucho calor, porque los suizos no conocen el concepto de aire acondicionado y hacía un calorcete asfixiante... Pero mis acompañantes sufrieron como el que más, ¿a que sí? Y eso que la táctica de ataque de los italianos se resumía en ese "patapum al grandote", que era ese Luca Toni que siempre trataba de cabecear todos los balones (la duda que teníamos era si le hubiera tocado tirar algún penalti... ¿le habría dado también de cabeza?)... Aunque hay que reconocer que la defensa italiana fue perfecta...
Llegados los penaltis, nos dimos cuenta de que había muchos más seguidores de España de lo que parecía a priori (al principio, todos nos parecían italianos) ¡y la emoción era enorme cuando Casillas paraba penaltis y Cesc Fábregas metió su golazo!
Por lo que se oye aquí en España, no se vieron las celebraciones de los jugadores de este último penalti, porque Cuatro se fue a publicidad automáticamente. Después de ver ayer el Alemania-Turquía, tengo que decir que los comentaristas de Cuatro son sencillamente insoportables: incultos, supersticiosos, infantiles, vocingleros... ¡prefiero a los suizos, que al menos, les entendía poco!
¡Ya sabes, Carlos! ¡Lo prometido es deuda! ¡Te toca comprarte la camiseta de la selección para la recta final! ;-)

Fotos: 1) El Eoipso justo al acabar el partido (en la pantalla podéis ver a Senna y a Arbeloa abrazándose emocionaos)... Los italianos se retiraron con el rabo entre las piernas, 2) Fussball brot, 3) Pelotitas de chocolate, 4) El grandote al que pasaban los italianos todos los balones... el tío no aprovechó ni una, 5) Los nuestros, contentísimos.
Y es que el fútbol, junto con el trabajo y la rodilla, ha sido una de las constantes de mi estancia en Basilea... Mi intención inicial era hablaros de cositas históricas de Basilea, r

Y es que los suizos se han tomado realmente en serio lo del año futbolero: Todas las tiendas de comestibles tenían cosas con forma de balones de fútbol: bombones, tabletas de chocolate, bollitos de pan, etc... Todos los escaparates tenían banderolas, camisetas y guirnaldas, y en casi todas las fachadas de los edificios, no faltaban las banderas que colgaban los vecinos en sus balcones... Y algo que llamaba especialmente la atención es que la ciudad se ha transformado para convertirse en unos enormes alrededores de campo de fútbol: todo lleno de lavabos portátiles, tenderetes y fan zones con gigantescos escenarios que se erguían en los lugares más insospechados (

Esto ha hecho que nuestra agenda se haya visto influida totalmente por los partidos programados ¡cómo no podía ser de otra manera! Reconozco que yo no soy especialmente futbolera, pero esto de la Eurocopa es como las olimpiadas... ¡Uno se traga por la tele hasta las emisiones de deportes más insospechados! (quizás lo que más se resiste es la hípica, pero todo lo demás, cae). Además, se ve a la gente de buen rollo, emocionada, confraternizando con los contrarios, pasándoselo bien y cantando canciones en idiomas que no conocen pero que suenan la mar de bien como cánticos balompédicos... En fin, que en general, ha sido divertido.

Y claro, nos reunimos con Carlos para ver el histórico y agobiante partido del domingo pasado (de hecho, íbamos a ser muchos más, pero la sección italiana fue la primera en rajarse)... Pasamos mucho calor, porque los suizos no conocen el concepto de aire acondicionado y hacía un calorcete asfixiante... Pero mis acompañantes sufrieron como el que más, ¿a que sí? Y eso que la táctica de ataque de los italianos se resumía en ese "patapum al grandote", que era ese Luca Toni que siempre trataba de cabecear todos los balones (la duda que teníamos era si le hubiera tocado tirar algún penalti... ¿le habría dado también de cabeza?)... Aunque hay que reconocer que la defensa italiana fue perfecta...
Llegados los penaltis, nos dimos cuenta de que había muchos más seguidores de España de lo que parecía a priori (al principio, todos nos parecían italianos) ¡y la emoción era enorme cuando Casillas paraba penaltis y Cesc Fábregas metió su golazo!
Por lo que se oye aquí en España, no se vieron las celebraciones de los jugadores de este último penalti, porque Cuatro se fue a publicidad automáticamente. Después de ver ayer el Alemania-Turquía, tengo que decir que los comentaristas de Cuatro son sencillamente insoportables: incultos, supersticiosos, infantiles, vocingleros... ¡prefiero a los suizos, que al menos, les entendía poco!
¡Ya sabes, Carlos! ¡Lo prometido es deuda! ¡Te toca comprarte la camiseta de la selección para la recta final! ;-)

Fotos: 1) El Eoipso justo al acabar el partido (en la pantalla podéis ver a Senna y a Arbeloa abrazándose emocionaos)... Los italianos se retiraron con el rabo entre las piernas, 2) Fussball brot, 3) Pelotitas de chocolate, 4) El grandote al que pasaban los italianos todos los balones... el tío no aprovechó ni una, 5) Los nuestros, contentísimos.