Edición comentada de Léonce et Léna de Jean-Louis Besson y Jean Jourdheuil |
Como
ya sabéis, me encuentro de «retiro» a las orillas del lago Lemán, en la
preciosa ciudad de Lausana.
Hace
unos días, andaba curioseando por Internet y me encontré con que aquí cerca, a
poca distancia de casa, está el Centro de Traducción Literaria de Lausana, en
la Universidad de Lausana (UNIL). Vi que celebran algunos seminarios y
encuentros muy interesantes, y tienen una página web muy simpática, así que me
decidí a escribirles, para ver si podía unirme a alguna de sus actividades.
Y
así fue: recibí una contestación casi inmediata de su directora, Irene Weber
Henking, que rápidamente me invitó a asistir al encuentro con el traductor y
actor francés Jean-Louis Besson que tendría lugar al día siguiente (el 10 de
mayo). La cosa prometía interesante y, de hecho, lo fue, así que aquí os traigo
mis impresiones.
El
encuentro con Jean-Louis Besson se encuadraba en el seminario de traducción
literaria del alemán de la UNIL cuyos alumnos habían estado analizando en
sesiones anteriores la traducción al francés elaborada por Jean-Louis Besson de
Leonce und Lena, una de las obras del dramaturgo alemán Georg Büchner.
EL
AUTOR
Georg Büchner |
Tengo
que reconocer que no conocía a este autor y me ha encantado descubrirlo gracias
a este seminario y a un experto en él como es Jean-Louis Besson. En Alemania es
conocidísimo. Tanto que, de hecho, el Premio Nacional de Literatura alemana
lleva su nombre.
Si
tenéis curiosidad, leed su biografía: es muy interesante. Lo más destacable de
su figura (que sobre todo ayuda a comprender la trascendencia de su obra) es
que era hijo de padres ateos (cosa que influyó notablemente en su pensamiento);
no solo se dedicó a la literatura, sino que desde muy joven se metió en
política, participando en toda clase de actividades subversivas que le valieron
tener que exiliarse de Alemania y ser perseguido por traición; que estudió
Medicina en la Universidad de Estrasburgo; que llevó a cabo investigaciones biológicas precursoras del darwinismo; y que, finalmente, falleció a la edad de
23 años el 19 de febrero de 1837.
Solo
llegó a escribir tres obras de teatro: Dantons Tod (La muerte de Danton),
Leonce und Lena (Leoncio y Lena, que fue de la que nos habló Jean-Louis Besson)
y finalmente Woyzeck, que quedó inconclusa y fragmentada, y es la primera obra
de teatro en alemán cuyos protagonistas pertenecen a la clase trabajadora.
EL
TRADUCTOR
La
verdad es que fue todo un placer asistir a la charla de Jean-Louis Besson
dirigida por Irene Weber Henking. Jean-Louis Besson es traductor, actor y actualmente
profesor en la Sorbona. Es una persona interesantísima, muy sabia y un gran
experto de la obra de Georg Büchner.
En
primer lugar, Besson nos habló de su fascinación por Büchner, un autor del que
ha traducido su escasa obra al francés y por el que se nota que siente una gran
admiración. Nos contó que la oportunidad de traducir a Büchner se le presentó
de manera tangencial, pues sus primeras traducciones, hechas en colaboración
con el dramaturgo Jean Jourdheuil, estaban pensadas para ponerlas en escena. Y
eso nos lleva a una reflexión muy interesante: no es igual ni está concebida de
la misma manera una traducción de una obra hecha para ser representada que
escrita para ser leída o traducida al detalle para ser estudiada (en una edición
comentada como la que nos ocupaba, por ejemplo).
Jean-Louis
Besson se ha enfrentado a todas esas distintas modalidades y lo tiene claro: la
mente del traductor no está puesta en las mismas cosas en cada caso. Cuando una
obra va a representarse, el director de la obra tiene mucho que decir sobre la
traducción (de esa colaboración puede salir algo muy fructífero) y si, además, el traductor conoce de antemano a los actores o el
tipo de puesta en escena que se va a desarrollar, puede apoyarse en elementos
extralingüísticos muy valiosos que van más allá de las palabras (un gesto, el acento
de determinado actor, su gestualidad, etc. son herramientas utilísimas).
En
segundo lugar, la edición genérica en papel tiene que centrarse en otros
factores. Ha de ser comprensible a la lectura, fluida y sin demasiadas trabas.
Por último, la edición comentada permite al traductor incluir información en
sus notas que puede ser de mucha utilidad para posibles directores que decidan
llevar al escenario la obra en cuestión, pero también, para los curiosos y los estudiosos. Como Besson nos dice, con su edición
comentada de sus obras completas así ha sido: algunos directores de teatro le
han llamado para preguntarle dudas y hacerle sugerencias que, en muchos casos, dan
que pensar incluso al propio traductor y experto en la obra.
En este vídeo podéis ver a Jean-Louis Besson leyendo un divertidísimo texto de Karl Valentin titulado Teatro obligatorio (en francés). |
LA
OBRA
La
obra que nos ocupaba era Léonce et Léna (traducido en español por Leoncio y
Lena). Besson nos explicó que Georg Büchner escribió esta obra para presentarse
a un concurso literario y que durante muchísimo tiempo se consideró una obra
menor, una mera comedieta romántica de enredo entre dos príncipes de dos reinos ficticios de nombre ridículo.
Leoncio y Lena, en una representación de la adaptación a ballet |
Fue
Antonin Artaud quien aseguró que Léonce et
Léna era una obra extraordinaria, cargada de ironía y crítica social.
Básicamente,
la historia de la obra es la de un príncipe del pequeño reino de Popó cuyo
padre le informa de que tiene que desposarse con la princesa de reino vecino,
el reino de Pipí. Leoncio, que desprecia la política, decide huir del reino y fugarse
a Italia para, básicamente, darse al dolce far niente. Sin embargo, antes de llegar a su destino se topa en una posada con una bella joven de la que se enamora
perdidamente. La muchacha no es otra que Lena, que está haciendo exactamente lo
mismo que él: huir del matrimonio concertado. Mientras tanto, el padre de
Leoncio ha organizado unos fastos increíbles en el reino para celebrar la boda
(forzando a sus súbditos, explotados y empobrecidos, a participar en el asunto), y cuando se entera de
que su hijo ha desaparecido, decide celebrar la boda «en efigie» y casa a dos
maniquíes que habían aparecido por allí. Por supuesto, dentro de los maniquíes
se encuentran Leoncio y Lena, que finalmente se rinden ante su destino, que, de
algún modo, ha acabado atrapándolos.
Otro cartel del ballet, que me parece precioso. |
Besson
nos explica que la obra está cargada de préstamos y referencias a Shakespeare
(al que Büchner admiraba muchísimo), a Musset, a Goethe, etc. (dificultad a la que,
inevitablemente, ha de enfrentarse el traductor); que tanto Leoncio como Lena, como los demás secundarios,
son personajes caricaturescos, y sobre todo en él desarrolla dos facetas muy
marcadas: Leoncio es soñador, enamoradizo y seductor, pero su posición hace que
también sea una persona destinada a ser el pequeño dictador de su reino, por lo
que en él mismo hay romanticismo, pero también crítica política.
Según
el propio Büchner: «Leoncio y Lena es una comedia dictada por el odio».
Leoncio
y Lena es una obra que marca el fin de una época y en la que se conjuga la
comedia y el drama, cosa que hasta entonces no era lo más habitual. Es curioso
pensar en las revoluciones cargadas de ironía, pero la verdad es que eso no tiene
nada absurdo. De hecho, tal y como nos recuerda Jean-Louis Besson, en palabras
de Karl Marx: «El fin de una época siempre es cómico».
Podéis leer las obras completas de Büchner
en español publicadas por la Editorial Trotta. No sé qué tal estará la
traducción, pero, de momento, la editorial ni siquiera menciona el
nombre del traductor...
Mañana
volveré al CTL para otro seminario, esta vez con Mijaíl Shishkin y su traductor
al francés Nicolas Véron, para hablar de su novela Deux heures moins dix. ¡Ya
os contaré!
Qué entrada más buena, oiga. Más quisieran mucho gurucillos del Interné escribir cosas como esta. Y el final, rotundo, con la frase de Marx.
ResponderEliminarSobre esto último es cierto. Ahora mismo estamos viviendo un final de época (claramente) y todo lo que ocurre resulta esperpéntico. A lo mejor no llega a cómico porque estamos dentro y las cosas que afectan directamente a la vida de las personas (a peor) puede que no tengan un ápice de gracia. Pero si se mira lo que sucede fríamente (por ejemplo, que lo que le ocurra a millones de personas dependa de la especulación con unos bonos que representan la deuda de un Estado respecto a esa misma cantidad en el caso de Alemania) sí que es bastante cómico. Reír por no llorar.
No habia oido nada de este autor, pero no pinta mal
ResponderEliminarUn saludo
Es curioso no haber oído nada, ¿verdad, ladymaryboleyn? Sí, que pinta bien, sí... (¡gracias por el comentario!)
ResponderEliminarUna entrada magnífica, tampocoyo conocía al autor al menos así "a bote pronto". Investigaré y buscaré algo para profundizar un poco más.
ResponderEliminarGracias por tu descubrimiento y aportación.
Un saludo, un placer