Comer ha sido una de las actividades a las que hemos dedicado prácticamente la totalidad de nuestro tiempo en Salamanca. Tanto es así, que creo que vamos a tener que ponernos temporalmente a dieta, porque ¡hemos comido demasiado!
La verdad es que no sé cómo lo hacen los estudiantes salmantinos, deben de tener las arterias totalmente obstruidas, porque la dieta de tapeo y pinchos no es precisamente saludable... Pero bueno, durante unos días tampoco pasa nada.
La verdad es que no sé cómo lo hacen los estudiantes salmantinos, deben de tener las arterias totalmente obstruidas, porque la dieta de tapeo y pinchos no es precisamente saludable... Pero bueno, durante unos días tampoco pasa nada.
Bueno, pues uno de los descubrimientos gastronómicos que hemos hecho ha sido la calle Van Dyck. Este es uno de los lugares imprescindibles de tapeo de Salamanca: Se trata de una calle situada unas cuantas calles al norte de la plaza Mayor y toma su nombre de una sala de multicines que se encuentra en las cercanías. Es imprescindible pasar por esta calle si se come en Salamanca, aunque es difícil catar todas las especialidades de todos los bares de la calle (vamos, dudo que ni siquiera Obélix fuera capaz), debido a la cantidad y profusión de ellos.
Os cuento un poco qué comimos allí cada una de las noches y os pongo un mapa para que, si pasáis por allí, podáis disfrutar de los bares en los que nosotros estuvimos y en los que no estuvimos pero que tienen una fama que los precede.
Viernes 28
El primer día íbamos un poco a ciegas, a ver qué nos encontrábamos. Lo primero que hicimos fue recorrernos la calle entera y, sobre todo, lo que vimos fueron muchos bares de vejetes y con pinta cochambrosa. Pero lo que también recorría la calle entera era un olorcillo que alimentaba... En primer lugar, nos decidimos por un bar con un cartelón amarillo que se llamaba:
La degustación. En él, los pinchos y tapas (muchos de ellos con nombres la mar de sugerentes) estaban escritos en una pizarra sobre la barra. Nos tomamos una tostada de solomillo con pimientos de piquillo mu rico y no nos atrevimos a pedir más porque íbamos un poco de novatos.
El segundo sitio que visitamos fue:
Barbacoa La encina. Este fue uno de los sitios que más nos gustó. Estaba lleno de gente poniéndose las botas. Lo que todo el mundo pedía era la tapa de patatas panaderas (primas hermanas de los huevos rotos con patatas) con farinato, con chorizo o con jamón y pimiento. La tapa de esto mismo era enoooorme y costaba bastante barata y y también nos comimos una tapa de calamares a la romana que estaban muy buenos.
Sábado 29
El segundo día volvimos con los compañeros de trabajo de Pablo y como éramos unos cuantos y los bares, por ser sábado, estaban más llenos, no pudimos meternos en cualquier parte ¡y además, queríamos sentarnos! Por eso, al final acabamos en unos de los primeros bares de la calle llamado:
El cochinillo asado. Que tenía una zona de barra y otra grande pa sentarse. Nos hicimos un huequecillo y pedimos varias tapas: croquetas, patatas bravas, sepia, una ensalada y la estrella de tapa: el cochinillo (nunca nos habíamos comido un cochinillo en trocitos, ¡estaba riquísimo!).
Como pedimos dos rondas, nos llenamos y luego nos fuimos a comer helado al café Novelty en la Plaza Mayor, que tiene unos helados que están de muerte.
Domingo 30
El último día, después de consultar en internet para saber un poco más sobre la calle Van Dyck, encontré este post escrito por Darco, utilísimo para hacerse a la idea de dónde entrar en la calle. Según sus indicaciones, visitamos algunos de los bares que mencionaban:
El segundo día volvimos con los compañeros de trabajo de Pablo y como éramos unos cuantos y los bares, por ser sábado, estaban más llenos, no pudimos meternos en cualquier parte ¡y además, queríamos sentarnos! Por eso, al final acabamos en unos de los primeros bares de la calle llamado:
El cochinillo asado. Que tenía una zona de barra y otra grande pa sentarse. Nos hicimos un huequecillo y pedimos varias tapas: croquetas, patatas bravas, sepia, una ensalada y la estrella de tapa: el cochinillo (nunca nos habíamos comido un cochinillo en trocitos, ¡estaba riquísimo!).
Como pedimos dos rondas, nos llenamos y luego nos fuimos a comer helado al café Novelty en la Plaza Mayor, que tiene unos helados que están de muerte.
Domingo 30
El último día, después de consultar en internet para saber un poco más sobre la calle Van Dyck, encontré este post escrito por Darco, utilísimo para hacerse a la idea de dónde entrar en la calle. Según sus indicaciones, visitamos algunos de los bares que mencionaban:
Bar de montaditos. En principio, no tenía nombre, pero estaba junto a otro bastante conocido llamado El minutejo, en el que la especialidad es un montado de lomo a la plancha con loncha de jamón y queso fundido encima. Nos comimos unos montaditos mu ricos con patatas con mayonesa y ketchup.
Estuvimos a punto de entrar en un bar bastante cochambrosete llamado Mesón Su Casa, un auténtico bar de viejos, que por lo visto es famoso por sus pinchos morunos. En su lugar, entramos en el bar de enfrente:
El tenderete. Que es famoso por sus patatas bravas y sus croquetas. Nos decidimos por las patatas, que nos sorprendieron bastante, porque la salsa de turno salmantina es ¡blanca! Es así picantilla, pero no tiene nada que ver con la salsa brava original... Aún así, estaban buenas.
El Goleta. Fue el siguiente y último en el que estuvimos: nos comimos un pincho moruno y una tapa de gambas con gabardina. Me quedaron ganas de probar los pinchos de mini-sepias, pero si me lo hubiera comido, habría explotado.
Quedaron muchos otros en el tintero (demostramos así que un par de tragaldabas como nosotros no pudimos hacernos la ruta completa de la calle Van Dyck), como por ejemplo: el Asador de Van Dyck y su jamón asado, el Tevere y sus tapas delicatessen, el Patio de la Abuela y su jeta asada, La Parrilla y su ídem y el Chinitas y sus calamares en salsa y bacalao.
Podéis consultar con más detalle donde estaban todos estos lugares en el siguiente mapa (los pinchulines verdes son los sitios donde sí comimos y los pinchulines rojos son los sitios de los que he oído hablar bien).
Ver mapa más grande
[Fotos: 1) Tapas variadas, 2) Patatas panaderas, 3) ¡Una de calamares!, 4) Pinchomoruno, oiga, 5) Entrada del Barbacoa La encina, 6) Tapa de cochinillo, 7) Interior del Café Novelty, un clásico, 8) Patatas bravas salmantinas, 9) Pinchos de mini-sepias].
Estuvimos a punto de entrar en un bar bastante cochambrosete llamado Mesón Su Casa, un auténtico bar de viejos, que por lo visto es famoso por sus pinchos morunos. En su lugar, entramos en el bar de enfrente:
El tenderete. Que es famoso por sus patatas bravas y sus croquetas. Nos decidimos por las patatas, que nos sorprendieron bastante, porque la salsa de turno salmantina es ¡blanca! Es así picantilla, pero no tiene nada que ver con la salsa brava original... Aún así, estaban buenas.
El Goleta. Fue el siguiente y último en el que estuvimos: nos comimos un pincho moruno y una tapa de gambas con gabardina. Me quedaron ganas de probar los pinchos de mini-sepias, pero si me lo hubiera comido, habría explotado.
Quedaron muchos otros en el tintero (demostramos así que un par de tragaldabas como nosotros no pudimos hacernos la ruta completa de la calle Van Dyck), como por ejemplo: el Asador de Van Dyck y su jamón asado, el Tevere y sus tapas delicatessen, el Patio de la Abuela y su jeta asada, La Parrilla y su ídem y el Chinitas y sus calamares en salsa y bacalao.
Podéis consultar con más detalle donde estaban todos estos lugares en el siguiente mapa (los pinchulines verdes son los sitios donde sí comimos y los pinchulines rojos son los sitios de los que he oído hablar bien).
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[Fotos: 1) Tapas variadas, 2) Patatas panaderas, 3) ¡Una de calamares!, 4) Pinchomoruno, oiga, 5) Entrada del Barbacoa La encina, 6) Tapa de cochinillo, 7) Interior del Café Novelty, un clásico, 8) Patatas bravas salmantinas, 9) Pinchos de mini-sepias].
Joer, ya veo que os ha aprovechado la visita, y me alegro.
ResponderEliminarPor cierto, la foto de la plaza con las grúas sobresaliendo al fondo es de lo más elocuente.
Una de las cosas que se echan de menos de Salamanca es el tapeo, aunque en Madrid no está mal del todo. Eso si, la zona de Van Dick se ha puesto de moda hace poco, cuando yo vivía en Salamanca no era como ahora.
ResponderEliminarMe ha hecho gracia lo de las patatas bravas, cuando yo me vine a Madrid me llamó la atención todo lo contrario que a ti de la bravas madrileñas.
Bueno con respecto a lo de las patatas bravas, me ha hecho mucha gracia, porque creo q no tienes mucha idea ajjajaja , las mejores patatas bravas que he probado, o mejor dicho, la mejor salsa brava que he probado es la del bar tenderete,hombre,si quieres que se te pongan los morros como a YOla Berrocal es mejor comerse una guindilla directamente jaja; aunque bueno, todo se deja ver por el gusto.
ResponderEliminarDe todas formas,sólo hay que ir al bar Tenderete para comprobarlo.
www.bartenderete.es
ResponderEliminar¡Qué gracia! ¡Han citado mi párrafo sobre el bar El Tenderete en la página web del propio bar! (Ya he puesto el enlace en el cuerpo del post.)
ResponderEliminarEs cierto que me sorprendió lo del color de la salsa brava, pero también es verdad que aunque no era como la salsa original, esa que está registrada por una cadena de bares que hay en el centro de Madrid (cuya salsa es roja, pero el nivel de picante es muy parecido al de la salmantina...), estuvo muy bien descubrir esas patatas en salsa brava blanca, ¡que estaba muy buena independientemente del cambio de color!
Por cierto, la página web de los del bar El Tenderete está muy bien (¡y no sólo porque me hayan citado a mí!). La verdad es que muy pocos de los bares que visitamos tienen página web y a veces es una ayuda para gente como nosotros, que llegamos de fuera y no tenemos ni idea de a dónde ir a comer...
Joer con el bar Tenderete, que fama tiene. Seguro que el que puso el comentario anterior diciendo que no tienes mucha idea de salsas bravas es el mismo que ha puesto el de al de bartenderete.es.
ResponderEliminarHombre, no creo, porque si les molestó mi comentario, no me habrían citado... De todas maneras, se nota que el del primer anónimo no se entera, porque no debe de haber probado la salsa brava original (la roja) que tampoco es que sea tan picante...
ResponderEliminarDe todas formas, los del bar de las bravas de Madrid son un poco tontos: yo de ser ellos, habría hecho una super-franquicia y habría colocado bares en todas las ciudades de España y parte del extranjero, ¡porque la gente de fuera de Madrid no sabe que la salsa de marras es una salsa patentada! Y en el extranjero, fijo que triunfarían con las patatas y la tortilla con salsa brava, que está buenísima.
Nos gustó mucho Salamanca como ciudad turística pero también la zona de pinchos, sobre todo un bar, al cual ya habíamos ido y esta última vez repetimos porque nos gustaron mucho sus pinchos.Se llama el Tenderete, antes estaba un poco viejo por fuerae pero ahora lo han reformado y está muy bonito.
ResponderEliminarOs recomiendo que si pasais por van dyk entreis a este bar y probeis su especialidad en patatas bravas, o las croquetas o el pincho de morcilla, PARA CHUPARSE LOS DEDOS!