sábado, 14 de abril de 2018

Rompímosla, amigos... (14 de abril de 1931) (18) (19) (20)

Fotografía coloreada de la Puerta del Sol el día de la proclamación de la República

Fuera de agenda, conmemoramos aquí que se celebra hoy la proclamación de la Segunda República Española, la última república que vería este país. Su recuerdo, en lugar de ir aparejado a la gran efervescencia cultural de la que gozó el país durante aquellos pocos años, ha quedado desgraciadamente unido al golpe de Estado del 17 y el 18 de julio de 1936, que tiñe de sangre el recuerdo de una República a la que tendríamos que haberle dado una oportunidad y quizás, solo quizás, las cosas ahora serían algo diferentes.

Incontables son las referencias culturales, tanto fieles como adulteradas, a la Segunda República y aún más a la guerra, una guerra que nos queda mucho más cerca de lo que nos damos cuenta, que ya decidió los destinos del puñado de muchachos que eran nuestros abuelos, que tuvieron que coger un fusil en lugar de, por ejemplo, hacerse maestros. 

Una de las lecturas que más me ha marcado en los últimos años, y que fue además un gran descubrimiento, ha sido el de la escritora madrileña de la Generación del 27 Luisa Carnés, redescubierta por la Editorial Hoja de Lata. Su Tea Rooms. Mujeres obreras, que data de 1934, nos plantea un panorama aterradoramente reconocible en el presente.



Tres son las entradas de nuestra lista de Spotify, correspondientes a un solo himno, el Himno de Riego, himno no oficial de la Segunda República, que a Pío Baroja no le gustaba nada de nada, decía de él que era «callejero, alegre y saltarín». ¡Y sí es verdad que algo sí lo era! Don Pío pensaba que la República era sesuda y jurídica, no podía llevar por himno una cancioncilla simpática y pachanguera (aunque su letra no lo fuera tanto).



Cual ha sido mi sorpresa al encontrarme una versión increíble ¡traducida al alemán y que, además, suena aún mejor que la original! No he podido averiguar nada sobre esta versión, aparte de que está cantada por un cantante y actor alemán llamado Ernst Busch (¡increíblemente parecido físicamente al actor Bill Nighy!) que trabajó muchísimo con Bertold Brecht tanto antes como después de la Guerra Civil (en la que luchó) como de la Segunda Guerra Mundial. ¡No me digáis que su versión no suena fenomenal! En este vídeo se incluye hasta una explicación del propio Ernst Busch:


La última de las versiones del Himno de Riego, por dejarlo en tríada, es en inglés, una versión mucho más meliflua que su prima alemana.

La letra completa del Himno de Riego, escrita por Evaristo San Miguel y que no se aprovecha entera en la canción, es la siguiente:


Himno de Riego

Soldados, la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella 
vencer o prefiero morir. 

Serenos, alegres,
valientes, osados,
cantemos, soldados,
el himno a la lid.
Y a nuestros acentos
el orbe se admire
y en nosotros mire
los hijos del Cid.

Soldados, la patria (etc.)

Blandamos el hierro
que el tímido esclavo
del fuerte, del bravo
la faz no osa a ver;
sus huestes cual humo
veréis disipadas,
y a nuestras espadas
fugaces correr.

Soldados, la patria (etc.)

El mundo vio nunca
más noble osadia
Ni vio nunca un día
más grande en valor,
que aquel que inflamados
nos vimos del fuego
que excitara en Riego
de Patria el amor?

Soldados, la patria [...]

Su voz fue seguida,
su voz fue escuchada,
tuvimos en nada
soldados, morir;
Y osados quisimos
romper la cadena
que de afrenta llena
del bravo el vivir.
Soldados, la patria (etc.)

Rompímosla, amigos,
que el vil que la lleva
insano se atreva
su frente mostrar.
Nosotros ya libres
en hombres tornados
sabremos, soldados,
su audacia humillar.

Soldados, la patria (etc.)

Al arma ya tocan,
las armas tan solo
el crimen, el dolo
sabrán abatir.
Que tiemblen, que tiemblen,
que tiemble el malvado
al ver del soldado
la lanza esgrimir.

Soldados, la patria (etc.)

La trompa guerrera
sus ecos da al viento
horror al sediento,
ya ruge el cañón;
y a Marte sañudo
la audacia provoca,
y el genio invoca
de nuestra nación.

Soldados, la patria (etc.)

Se muestran, volemos,
volemos, soldados:
¿los veis aterrados
su frente bajar?
Volemos, que el libre
por siempre ha sabido
del siervo vendido
la audacia humillar.

Soldados, la patria (etc.)

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