viernes, 8 de octubre de 2010

Los treintatontos

Sí amigos, sí… Todo llega en esta vida… ¡hasta la treintena!

En fin. Llevo años cascándole a todo el mundo ese sabio vídeo de Carlos Areces y sus abdominales traidores...

Pero con el tiempo, y en vísperas del día de hoy, he llegado a comprender que nosotras tenemos unos cuantos sambenitos más que vosotros, chicos, con esto de los treinta… Me refiero al fenómeno de los treintatontos (también conocidos como sillythirties, trentebêtes o dummdreißig, ¡hay pa todos los gustos y en todos los idiomas, oiga!).

Básicamente, el principio de este fenómeno viene de la siguiente reflexión. ¿Os acordáis de cuando teníais quince años? Vale, las hormonas os chisporroteaban, vivíais en una perenne montaña rusa emocional, os mirabais al espejo y no reconocíais al extraño que había al otro lado del cristal…Sí, sí… Durante la veintena quizás pensasteis que nunca jamás volveríais a pasar por una época tan estúpida como aquella, que los años dan madurez y tranquilidad, que habíais pasado la adolescencia como si de un sarampión se tratara…

¡JA! ¡JA! ¡JA! ¡Con los treintatontos os toparéis!

Resulta que llegan los treinta y la madurez/sensatez, el crecimiento/desarrollo personal ¡y la inteligencia! todos ellos se van al carajo. Resulta que llegan los treinta y descubres que eres tan tonta como cuando tenías quince, sólo que encima más vieja.

Sí. Llegan los treinta y tú, que mamaste la filosofía de Epi y Blas, del monstruo de las galletas, de Coco y de la Bruja Avería, te das de bruces contra una realidad que dista mucho de la pretendida igualdad social con la que te criaste: de repente caen sobre ti señoras cercanas y lejanas (¡y de todas las edades, para más inri!) para recordarte que lo mismo va el (jodido) arroz y se te pasa… Y vas y descubres que en lugar de estar siendo la reportera más dicharachera de Barrio Sésamo (por ejemplo), tendrías que ponerte ya a procrear, o como mínimo, a montar un bodorrio (pa luego procrear, eso sí), porque es lo que se espera de ti. Vamos, ¡¡¡¡que ya estás tardando en entrar por el puto aro!!!! ¡Y tú, que ni te habías enterado y estabas a lo tuyo, pensando que realmente tenías elección, y podías hacer lo que querías!

Ésa es una faceta treintatonta, (que probablemente explique en gran parte la angustia existencial treintatonta) pero hay más, ¡¡¡¡hay más!!!! De repente, te miras al espejo, y efectivamente no tienes la misma pinta que hace diez años. Te aparecen en la cara esas marcas de expresión inconfundibles que les nacen a todas las treintañeras desde las aletas de la nariz hasta las comisuras de la boca… ¡¡¡¡¡¡Te descubres una cana y luego otra más!!!!!! Y lo peor de todo es que encima, lo sientes como una desgracia, vamos, que un tonto pelo blanco, una lorza rebelde o una estría imborrable te amargan la existencia…


Y entonces, te da por comprarte trapitos coloridos por internet sin ton ni son. Luego pasas a plantearte lo de comprarte unos tacones (aunque en tu vida te hayas encaramado a unos). Te compras barras de labios de colores cada vez más oscuros. Te echas más pote. Te pruebas un wonderbra. Te das cuenta de que les sacas lo menos cuatro o cinco años a todas las actrices de Hollywood con las tetas en su sitio (bueno, salvo a la pobre Lindsay Lohan, que tiene 6 años menos y parece que tenga 20 más)... Y te pones a pensar en todas las cosas que no has hecho cuando tocaba (¡y que ni siquiera harías si volvieras a tener edad!), y estúpidamente, te entran ganas de hacerlas, como si eso tuviera algún sentido, como si no hubiera mañana, como si se acabara el mundo, como si lo que hubiera después de esa muralla inexpugnable de los TREINTA fuera un páramo baldío...

Y curiosamente, este cálculo es de un ombliguismo insoportable, porque cuando miras a tu alrededor, ves y conoces a mujeres con treinta y con cuarenta y más que están estupendas, pero en ti... como que todo parece peor y amplificado: sabes que nunca llegarás a emularlas, porque lo tuyo es un puto desastre sin remedio.

Y sí, lo mismo los tíos leéis todo esto y os parece una chorrada. Seguro que hasta pensáis: «¡Qué locas están las mujeres! ¡No hay quien las entienda!». Bueno, dejadme deciros que aquí no se salva ni Dios. Si a nosotras nos entra este arrechucho irracional en vísperas de los treinta, ¡¡¡¡esperad a que os llegue a vosotros la crisis existencial de los cuarenta!!!! (y cuando os dé por compraros un descapotable cuando nunca antes habíais sentido un impulso tan estúpido, os acordaréis de esto que os digo!).

Sin embargo, después de mucho pensarlo, de mucho sufrirlo, de mucho temerlo y de muchísima angustia para intentar comprenderlo, he llegado a una conclusión: Sí. Soy tonta sin remedio. Lo era a los quince y lo seguiré siendo, da igual que tenga treinta, cuarenta, cincuenta o cincuenta mil. Me da miedo hacerme vieja. Me da miedo cumplir más años. Me da miedo no tener tiempo para hacer todo (sea lo que sea ese «todo»). Pero tengo que vivir con ello. Tengo que vivir con esos miedos y hacer lo que corresponda sin dejarme avasallar por el maldito monstruo treintatonto.


Desde que tengo esto claro, cuando siento el arrechucho de comprarme unas botas nuevas o un vestidito de flores, pienso: «¡Ay! ¡Esa Julia treintatonta!». Casi me da ternura esa imbécil que llevo dentro. A veces, la dejo que se dé el caprichito. Tampoco le está haciendo daño a nadie, ¿no?

Uf. ¡¡¡Veréis que insoportable se pondrá a partir de ahora, con lo de que ya tiene treinta y subiendo!!!

PD: Como alguien más me diga eso de: «¿Los treinta? ¡Pero si estás en la flor de la vida! ¡Pero si es una edad muy bonita! ¡Pero si es una edad preciosa!» o cualquier otra variante, me pego un tiro, os lo juro (Aclaración: «Estar en la flor de la vida» es tener sesenta años, no treinta, joder). Avisados quedáis.

Agradecimientos: Como véis, los dibujos que acompañan este post son de cosecha propia, con la ayudilla inestimable de Don Eulez (yo no sé usar el Fotochó... Ha sido él quien me los ha coloreao...). ¡¡¡¡Gracias, eulez!!!! (por esto y por soportar a mi monstruo verde casi tanto como yo misma...). Y hablando de soportar a mi monstruo, también me gustaría darles las gracias a mis chicas: sí, sí, a vosotras, que me soportáis al monstruo y compartís los vuestros conmigo... ¡¡¡Gracias, muchachas!!!

17 comentarios:

  1. Joer, si ahora digo cumpleaños feliz aquí va a quedar fatal. Sería mejor desearte que pases cuando antes este horrible día.

    Sobre lo que cuentas del arroz y hacerse viejo y tal, ya sabes que pienso que las mujeres estáis sometidas a una presión excesiva. Hay que relajarse un poco, uno no puede hacer todo lo que se supone que se tendría que hacer. Joer, un poco de tranquilidad, oiga. Es cierto que los varones tenemos lo de la pitopausia, habrá que lidiar con eso en su momento.

    Joer, y hablas de hacerse viejo. Leches, pues el único problema de eso es no tener buena salud. Ya, ya, mira quién habla al que no le gusta celebrar sus cumpleaños. Ya, ya. Bueno, yo que sé, si es por animar.

    Eso sí, los dibujos del post molan un puñao y medio. El monstruo de los treintatontos y la Juli mirando de reojo es cojonudo.

    Bueno, te jodes: ¡felicidades! Y sobre todo: ¡que cumplas muchísimos más!

    ResponderEliminar
  2. Calla Juli, calla, que todavía me acuerdo que cuando tenía menos de treinta no ganaba peso ni a la de tres y ahora... casi que me tengo que poner a hacer ejercicio.

    Pues yo digo muchas felicidades y ¡Qué cumplas muchos más y tengas muy buena salud!

    Y los dibujos molan un montón :)

    ResponderEliminar
  3. Juliaaaaa, ¡¡¡¡muchas felicidades!!!! Aprovecha el momento treintatonto y date un buen homenaje, que te lo mereces con creces. Y ya sabes que aquí me tienes para compartir tus fatigas treintatontas (y pronto te va a tocar aguantar las mías, aviso ;)).
    Por cierto, me encantan los dibujos, ¡me parto con el "momento wonderbra"!, jajaja.
    Un besote enorme y un millón de felicidades,
    Alba

    ResponderEliminar
  4. Julia!!!! que buen post! treinta, cuarenta, cinquenta, whatever, que más da! la verdad es que no se cambia nunca mucho, nos quedamos con las mismas aspiraciones y sueños de cuando teníamos 15 y sabes que? que bueno!!! lo que sí mejora es la forma de escribir, felicidades!!! (o bien por tu cumple o bien por tu blog :)

    ResponderEliminar
  5. Vaya, yo que iba a decir lo de la flor de la vida... pues si quieres te doy el pésame y tan anchos. Mira, se me acaba de ocurrir: ¡Felicipésame! Ale, ni pa ti ni pa mi.

    También los chicos pasamos los treintaytontos, yo estoy ahí ahora mismo y aunque lo llevo bastante bien, de vez en cuando siento la presión del mundo sobre mis hombros y el tiempo cada vez parece más corto. Eso sí, yo no me siento igual de tonto que a los quince; me siento bastante más (recordemos que antes no había interné y no se podía hacer el tonto universalmente, como ahora).

    Y lo de las canas y tal... bua, a mi de la noche a la mañana se me pobló la barba de discretas pero abundantes canas, en vez de deprimirme espero que me crezcan más para parecerme a Sean Connery. De ilusión también se vive.

    Enhorabuena por los dibus, bienvenida al club! ;)

    ResponderEliminar
  6. ñañañañña, ya sabes lo que opino!!! asi que repetiré lo que ya te he puesto en el facebook, y si no te gusta te jorobas!!
    FELIZ, FELIZ JULICUMPLEAÑOS, A JULI, A JULI!!!!
    P.D: falta un dibujo de unos pendientes superhiperpreciosisimoooos,no? =)

    ResponderEliminar
  7. ¡¡¡¡Gracias, gracias a todos!!!! Que sí, que sí me hace ilusión que me felicitéis y me hagáis caso, pero oye, los treintatontos siguen ahí... Pero bueno.

    eulez, claro, la presión es excesiva, por eso el esfuerzo por no dejarse influir por ella tiene que ser tan consciente... Supongo que aceptando los treintatontos y poniéndoles nombre ya he dado un gran paso...

    César, ya ves... Yo tengo una amiga (que no tiene ni pizca de barriga) que dice que a partir de ahora, los kilos pesan como losas... Yo en ese sentido me encuentro bien... Sé que tengo que controlar un montón, pero hacía mucho tiempo que no estaba tan delgada como ahora, lo cual es un gran triunfo.

    alba, querida, ¡sabía que el momento wonderbra te iba a gustar! ;-)). Y por supuesto, ya sabes que estoy aquí... ¡Movidas treintatontas a mí!¡Si ya soy una experta!

    ¡¡¡Michela, hermosa!!! ¡Qué maja eres leche! Y tienes toda la razón, ¡lo bueno de los años es que uno escribe más y mejor! ¡Y que hay tiempo pa seguir mejorando! ¡¡¡Muchísimas gracias por tu comentario!!!

    Dr Litos, amigo, tú mismo lo has dicho... Los tíos a los treinta aspiráis a convertiros en Sean Connery... ¡Tu felizpésame mola! Ná, a mí las canas todavía no me han atacao demasiado, tengo que reconocerlo... Pero vamos, el sentimiento está ahí... No quieres que salgan... ¡Oye! ¡Me alegra de que te hayan gustao mis dibujillos! Aunque supongo que estoy será algo excepcional o si no, tendré que aprender a usar el Fotochou...

    ¡¡¡¡Anaaaaaaa, hermana míaaaaaaa!!!! Ya sabes que al final me has animao y que me ENCANTAN los pendientes que me has regalado. ¡Gracias hermosa! ¡Cómo mola tener una hermana como tú!

    ResponderEliminar
  8. ¡Julia! Ánimo, lo bueno de llegar a los treintatontos es que todavía te quedan las post-treintatonterias.

    Además si en la vida no se hicieran tonterias no tendría nada de divertida, de verdad.

    Y lo de los aros, nada, fuera presiones que no somos perros de circo ni leones, lo que tenemos que hacer son nuestros propios triángulos, cuadrados, pentágonos, etc, tu ya me entiendes, que narices.

    Oye, los dibujos han quedado muy chulos, jeje.

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  10. Julia, perdona pero como no sé muy bien como funciona lo de los comentarios puse dos veces el mismo y luego tuve que borrar uno de ellos, pero creo que se ha quedado visible lo de que ha sido eliminado.

    Si es que, ¡cuanta razón tienes!, en cuanto se llega a los treinta las neuronas te juegan malas pasadas, ya no sabes ni comentar en un blog, que triste, de verdad, que triste.

    ResponderEliminar
  11. Aunque ya te felicité por mail, al menos en el blog habrá que seguir perpetuando la costumbre de felicitarte varios días después de tu cumple...

    Pues ¡Feliz-y-dades! Y como dice el bueno del Eulez, mientras la salud acompañe... ¡que nos quiten lo bailao! Con salud uno hace lo que le va dando la gana, y los treintatontos no van a ser la excepción.
    Además, si uno lo piensa, de haber nacido hace 1000 años, seguro que ya estarías en la tercerísima edad, con la parca oliéndote el trasero... mientras que ahora (con suerte) recién salimos de la primera para adentrarnos en la segunda (me incluyo).
    Así que a dejarse de presiones, y a seguir p'alante, y ¡a la mierda las SuperWomans! (¡hombre ya!... añado)

    ResponderEliminar
  12. Pedazo de actualización ilustrada que te marcaste. Claro que la ocasión no es para menos. No tengo mucho más que añadir, pero me sumo al sentimiento general agridulce. A fin de cuentas los 30 son sólo los que van después de los 29 y antes de los 31 y pasar por ellos es sólo constatar que se "progresa adecuadamente" (percepciones al margen, porque sigues estupenda). Creo que en el fondo el monstruo de los treintatontos es señal de que te lo estás pasando bien y que por eso se nos pasa el tiempo volando. Seguro que cuando lleguen los 40 pensaremos que éramos unos tontos porque lo chungo estaba por llegar. Yo propongo que pasemos de década con mentalidad de diez años más. Y yo sí te voy a felicitar, hala.

    ResponderEliminar
  13. Bueno Julia, yo sólo diré que la treintena pasó ante mis ojos como un cortometraje de 10 minutos de duración. Fue la década en la que pude hacer todo lo que quise y más, me sentí fuerte, con ánimo para cambiar el rumbo y girar 180º. Ni te lo imaginas ¿o si?.
    Disfrútalo y haz todo lo que siemrpe has querido hacer, ese es mi consejo apra esta década que vas a empezar, con la cuarentena llegan toda una serie de estigmas, que son chungos de la muerte y que como no te hayas armado psicológicamente en los treinta lo pasarás un poco mal. Así que diviertete y dónde quieras estar en los cincuenta debes llegar antes de finalizar tu treintena. Suena duro el comentario, no quería ponerme filosófico ni trascendetal, pero Julia te quiero y por eso te soy honesto, siñentate 10 minutos, para, peinsa dónde quieres estar a los cincuenta y ve a por ello, tienes una década, parece mucho a priori, pero vuela amiga, vuela, que ni te lo imaginas.
    UN BESO ENORME.

    ResponderEliminar
  14. Vale, aún no llego a los dieciocho y ya quiero saber que pasa en los treinta.

    Pero ya lo verás, luego te acordarás de tus treinta (tal vez a los 41 o a los 86) pero siempre los recordarás con el anhelo de volver a vivirlos.

    Pero bueno, qué voy a saber yo. Un poco (o mucho, tal vez) tarde te envío unos ¡Felices alocados treintas! Que te lo pasarás re bien y seguro y luego hasta andas posteando boda o bebé. xD

    Me encantó tu manera de escribir y tus dibujos son lo más. Espero y luego leer una aventura o descubrimiento como este. =)

    ResponderEliminar
  15. No literalmente, pero reconozco que me he sentido identificado con la angustia existencial que sabiamente retratas. Al final uno se acostumbra, pero la losa sigue ahí!

    Es necesario no salir con gente más joven o de la misma edad pero que te estén recordando la edad que tienes!

    Respecto a los dibujos, me han gustado, de hecho he venido por el blog de eulez y tu caricatura de la esperanza!

    Saludos!

    ResponderEliminar
  16. ¡Gracias por pasarte, Alexandre! ¡Espero que el dibujo de la Espe también te gustara! ;-)

    Sí, muchos amigos me han comentado que el fenómeno treintatonto no se queda en las chicas, como decía Dr. Litos más arriba, muchos chicos también tienen el sanbenito encima, y las presiones sociales pues no son las mismas, pero son, como mínimo, análogas.

    De momento, no puedo decir que no esté llevando bien los treintatontos... O lo mismo es porque estoy tan ocupada que ni me doy cuenta de que ya estoy en metida en ellos hasta el cuello(¡y lo rápido que pasa el tiempo! Quel horreur!!!)

    ResponderEliminar
  17. Si, si, el dibu de la "Espe" me parece bueno, teniendo en cuenta que es una caricatura y que yo no tengo ni idea de dibujar. ;)

    Por tus palabras deduzco que llevas bien los "treintatontos", en el fondo, como dices, es eso, uno está demasiado preocupado por cuestiones más importantes que la propia decadencia inevitable! Hay que disfrutar de esta madurez!!!

    Saludos!

    ResponderEliminar

¡¡¡Vuestros comentarios me hacen muy, pero que muy feliz!!!