jueves, 27 de marzo de 2008

Salamanca. Parte I

Pues sí, pues sí, yo también me he escapado a Salamanca... Lo que pasa es que yo, de física estadística, ni papa, así que lo mío es más relajadito que lo de Pablo y sus compis de congreso.

Ayer, salimos de Madrid por la tarde (vinimos en coche con dos de los colegas de facultad de Pablo: nos entretuvimos adelantando camiones y leyendo los nombres de los pueblos como si Don Quijote se los dijera a Sancho -algunos, tipo Salvadiós o Peñaranda de Bracamonte es imposible decirlos de otra manera-) y llegamos aquí por la noche. En seguida, nos registramos en el hotel (cuya situación no está nada mal: está en plena Plaza Mayor -aunque nuestra habitación da a un patio interior-), que es High-Tech, según pone por todas partes: tenemos un ordenador de mesa junto a la tele (yo eso no lo había visto nunca...) y, por suerte, también tenemos Wi-Fi, cosa que agradezco, porque si no, no podría estar escribiéndoos esto tumbada en la cama. Después, nos reunimos con nuestros compañeros de viaje y fuimos a cenar a un bar en la Rúa Mayor... Pero comimos demasiado (¡la sepia estaba buena!) y no nos pudimos dormir hasta bien tarde (y considerando que mi horario normalmente es el de los vampiros, las dos y pico es acostarse pronto), pero estuvimos viendo a Rodolfo Chikilicuatre (¡me parto con ese hombre!) y The Office (esa serie me encanta).

Esta mañana, nos hemos levantado con los gallos (¡hacía siglos que no me levantaba tan temprano!), ¡incluso antes de que abrieran el salón del desayuno! Nos hemos ido a dar un paseo y luego hemos vuelto a desayunar, pero claro, eso de llegar los primeros tiene sus inconvenientes: la máquina del café no funcionaba y a mí me ha salido un té-aguachurri asqueroso... Por suerte, el buffet tiene cosas buenas: salchichas y rollitos de jamón york (era lo que más me apetecía).

Después, he ido a acompañar a Pablo a la facultad de ciencias, donde se celebra el Fises (en parte, porque no me fiaba mucho de que se fuera a perder -en realidad, eso es una tontería, porque al final, siempre se acaba encontrando, aunque antes dé veinte mil vueltas-, y también, porque me apetecía que me diera un poco el aire). Ya se ha registrado y yo me he vuelto, pero como aún no habían hecho la habitación y estaban las señoras de la limpieza zascandileando por nuestro pasillo, me he bajado a tomarme un té un poquito mejor (hay que ver qué mal se hace el té en las cafeterías de este país, leñe) y a leer el periódico. ¡como una señora! a la cafetería de al lado, en la plaza.

Luego me he dado una vueltecilla, me he pertrechado de un buen mapa y una guía (sí, últimamente cuando viajo, le he cogido gustillo a eso de las guías de viaje... Antes no me gustaba, pero ahora creo que el afán bloguístico me hace buscar detalles potencialmente-blogables en todo lo que veo) y hecho las fotos que veis en este post (está un poco nublado, pero justo cuando he vuelto al hotel, salía un poco el sol).

En la oficina de turismo me han dicho que hay visitas guiadas a la ciudad a las once todos los días, pero hoy estoy cansada y no he ha apetecido... Quizás mañana la haga. También quiero dejarme llevar por la "literatura" salmantina, a ver si los grandes clásicos españoles me inspiran un poco oye. Parece que voy a estar acompañada por las hordas de chinos, japoneses y franceses que ya están pateándose la ciudad (¡qué tempraneros son, los jodíos!)...

Y de momento, ¡eso es todo, amigos! (prometo que trataré de ser menos "ladrillo" que con las andanzas arizónicas... Ya sé que no tiene nombre que las esté alargando tanto como el chicle).


Fotos: 1) Catedral, 2) Casa de las conchas desde calle Mayor y cúpula de la Universidad Pontificia, 3) Casa de las conchas, 4) Principio de la Rua Antigua, 5) Esquina de la Plaza Mayor opuesta la esquina donde está nuestro hotel.

2 comentarios:

  1. Vaya, así que has estado en Salamanca, y yo, que hace mil años que no te leía, me entero ahora.
    ¡Qué envidia me das!, como sigo echando de menos todavía mi ciudad...
    Por cierto, no es la calle mayor, es la Rua Mayor, o simplemente la Rua.

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  2. Sabía que cuando leyeras estos posts, te gustaría ;-))

    ¡Ya he cambiado lo de "Rúa"!

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